La belleza de un clásico creo que nunca se puede obviar. Muebles elegantes sobre una base conservadora como los marcos de las ventanas, zócalos, puertas y escayola decorativa aportan un estilo imperecedero, todo ello aderezado como siempre de pequeños toques modernos en los complementos como los cuadros, lámparas y objetos personales. Tampoco pasa desapercibido el chester rosa que recibe a la propietaria en el salón, junto con el tocador de cristal de la habitación, otorgando a la vivienda un marcado aire femenino.
¡Mirad!
que preciosidad de cosas, te sigo
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